Día 9 – 3 de Agosto: Nijo Castle y vuelta a casa

Nijo Castleimgp4590 Por desgracia, en nuestro último día no disponíamos de mucho tiempo para ver cosas… A media tarde debíamos coger el avión de vuelta en el aeropuerto de Tokyo y estábamos en Kyoto.

Nos levantamos pronto para exprimir las últimas fuerzas que nos quedaban y nos pusimos rumbo al Nijo Castle que habíamos intentado ver el martes, pero precisamente era el único día que cerraban.

Lejos de parecerse (ni por asombro) a los castillos que estamos acostumbrados a ver en Europa, está formado por varios “anillos” fuertemente amurallados y con unas dependencias destinadas a las tareas administrativas o a como palacio. Fue construido por el Shogun Tokugawa Ieyasu (como curiosidad, jugaba al go en este tablero) en 1626.

DSC04532 En su interior, todas las estancias están decoradas por pinturas hechas por varios artistas de la época, pero no era posible hacer fotos, así que no me he podido llevar ningún recuerdo de ellas.

Otra característica del castillo es que el suelo estaba diseñado para hacer un ruido parecido al de los pájaros mientras andabas, para advertir sobre los posibles intrusos.

Dimos varias vueltas por sus dependencias y jardines bajo el sol mas intenso de toda nuestra estancia en Japón y decidimos volver a la estación de Kyoto para volver a coger el Shinkansen de vuelta a Tokyo.

imgp4606 En la estación compramos un par de bento para poder comer por el camino y así poder aprovechar más el tiempo.

Una vez en Tokyo, y al no disponer de mucho tiempo, decidimos no movernos de la estación de Shibuya. Ahí volvimos a quedar con ag0ny y dimos unas cuantas vueltas por las tiendas de la estación, comprando los últimos recuerdos y regalos.

DSC04544 Finalmente abandonamos Tokyo… Cogimos el Narita Express rumbo el aeropuerto para coger nuestro avión de vuelta… Y aquí acabó nuestro viaje a Japón. No se cuando voy a poder volver, pero de momento es sin duda el viaje de mi vida.

Día 8 – 2 de Agosto: Fushimi-ku y Nara

FushimiCada vez nos quedaban menos días en Japón. Un poco deprimidos pero con ganas de ver más cosas, nos pusimos rumbo a Fushimi, una ciudad situada en las afueras de Kyoto, con un templo dedicado al dios Inari conocido por aparecer en una escena preciosa de Memorias de una Geisha. Lo más espectacular del templo no son los edificios en sí, sino los miles de Torii que hay en el camino que se adentra al bosque. Por lo que he leído, hay más de 10.000.

Cada una de estas Torii, ha sido donada por individuales o empresas al templo, y en ellas sale escrito el nombre del donante (en la columna izquierda) y la fecha en la que fue donada (en la derecha).

El adentrarse en el bosque, pasando por el interior de todas las Torii, es una sensación irrepetible. Aunque en un principio quisimos hacer todo el recorrido, al ver que nunca acababa, decidimos volver atrás cuando estábamos aproximadamente a la mitad para volver a coger el tren destino a Nara.

Nara es una ciudad famosa por dos cosas: el templo budista Tōdai-ji y la gran cantidad de ciervos que campan libres sobretodo por la zona del parque.

El Tōdai-ji es un templo enorme que en su interior tiene una estatua del Buddha que ocupa gran parte del recinto. Todo el edificio está hecho de madera y es considerado como el edificio de madera mas grande del mundo. Supongo que por esa razón tuvo que ser reconstruido hasta tres veces a lo largo de su historia.

En su interior hay una columna con un agujero de escasas dimensiones que la atraviesa, por donde los niños (o los turistas más pequeños) pasan. Desconozco si tiene algún significado.

Finalmente, y para terminar el día dimos un paseo por el parque, donde estuvimos jugando un rato con los ciervos (parece mentira lo acostumbrados que están a estar rodeados de humanos).

Día 7 – 1 de Agosto: Gion del este, Higashiyama y Kiyomizu-dera

NekoEn nuestro segundo día de Kyoto, al estar descansados, decidimos romper con todo y andar por toda la zona de Gion del este. Después de desayunar algo rápido que compramos en un convenience store cogimos el metro para que nos dejase en la estación de Higashiyama Sanjo. A partir de ahí empezamos nuestra ruta. Estábamos decididos a ver todos los templos que fuese posible, para terminar en el espectacular Kiyomizu-dera

Cruzamos un peculiar mercado y llegamos al templo Chion-in. Según leí, la puerta de entrada era la más grande de todo Japón. Una vez cruzada, y tras subir por una larga escalinata llegabas al recinto del templo. Agradecimos enormemente las máquinas de bebidas que había arriba del todo, ya que con el calor que pegaba, llegamos sofocados. El templo estaba rodeado por paisajes que podrían haber salido en cualquier película de ninjas de la época feudal.

Seguimos nuestro camino para llegar al templo Yasaka donde pudimos ver un ritual que no llegamos a entender. Del templo colgaban unas cuerdas bastante gruesas a las que habían atados unos cascabeles bastante grandes. Los japos iban y después de dar varias palmadas, le pegaban varios mamporrazos a la cuerda para hacer sonar el cascabel. Se puede ver en este vídeo

Seguimos nuestra ruta por varias de las calles más antiguas de Kyoto. En algunas como la Ishibe-Kogi, que estaba apartada de las calles mas comerciales, se podía respirar una tranquilidad inigualable. Ahí pudimos ver varias casas de te con pequeños jardines exquisitamente cuidados.

Paseamos un poco mas por otras calles antiguas de piedra, pero esta vez llenas de tiendas y de turistas. Ahí compramos dos Katanas que a la vuelta nos darían algunos problemas en el aeropuerto.

Al final llegamos al Kiyomizu-dera, uno de los templos más espectaculares que vimos. Rodeado de bosques y construido encima de una gran estructura de madera, ofrece una vista preciosa de la ciudad de Kyoto. Con sus más de mil años de antigüedad, se ha convertido en uno de los símbolos de Japón. En él había dos piedras que según dicen, si consigues llegar de una a la otra con los ojos cerrados, tu vida amorosa no sufrirá ningún percance. También bebimos de su fuente, cuya agua es considerada purificadora.

Terminamos nuestra visita cenando en un restaurante en Pontocho donde tuvimos serios problemas para conseguir hacernos entender, ya que los platos que tenían estaban escritos en la pared y no había ningún tipo de traducción…

Día 6 – 30 de Julio: Kyoto

Kyoto - PontochoArrastrando todavía un poco de resaca del día anterior, recogimos nuestras maletas y abandonamos el hotel de Tokyo para ir a coger el Shinkansen (tren bala japonés) destino Kyoto. Ya en la estación, compramos Onigiri para comer durante el camino. Era algo que todavía no había probado. Me harté de verlos en la serie del Dr. Slump y la verdad es que me moría de ganas de comer uno.

El tren bala es realmente espectacular… Aparte de una ligera sensación de mareo, apenas se nota la velocidad excepto cuando pasas cerca de una autopista y ves como adelantas a los coches.. Eché de menos un cuentakilómetros como he visto que tienen los trenes chinos.

Nuestra llegada a Kyoto fue un poco dura… La estación era inmensa y nos perdimos dentro de ella. Teníamos que salir en la parte norte y no se como aparecimos en una zona llena de restaurantes para acabar al extreme oeste… Al salir volvimos al centro para empezar a buscar nuestro Ryokan, pero no supimos encontrar en ningún mapa la dirección. Así que hartos de dar vueltas con las maletas a cuestas, decidimos entrar en una comisaría de policía para que nos orientasen. Después de luchar un poco para hacernos entender, conseguimos dar con el Hotel. Una vez nos lo hubieron enseñado, caímos rendidos víctimas del calor y del cansancio… Dormimos mucho más de lo que hubiésemos querido…

Nos despertamos casi a la hora de cenar, sin apenas tiempo de ver nada. Así que nos fuimos directamente a Pontocho, el antiguo barrio de las Geishas, convertido ahora en una zona llena de restaurantes y de locales de ocio nocturno. Recorrimos la calle principal varias veces por gusto. Era realmente preciosa! Una calle pequeña llena de casitas al más puro estilo japonés, algunas de ellas decoradas de forma exquisita. Cuando decidimos buscar un restaurante para cenar, nos encontramos con un pequeño gran problema: al contrario que en Tokyo, casi ninguno tenía modelos de plástico de la comida, ni la carta en inglés, por lo que nos era imposible ver ni siquiera los precios… Al final nos arriesgamos entrando a uno que nos gustó desde fuera. Tuvimos suerte. El restaurante era 100% tradicional. Comimos en el tatami una selección de pequeños platos deliciosos. Fue con diferencia el mejor restaurante al que fuimos.

Día 5 – 29 de Julio: Mitaka, Shibuya y Roppongi

Museo GhibliA la mañana siguiente, madrugamos para ir a Mitaka para ver el Museo Ghibli. Fuimos andando desde la estación y paseamos por las calles residenciales que parecían sacadas directamente de un episodio de Doraemon. Ya en el museo pudimos ver una mini película que solo muestran en el museo. Muy al estilo Ghibli. Fue una lástima que no nos dejaran hacer fotos. El museo parecía una casa sacada directamente de cualquiera de sus películas. Incluso había un gatobus! Más información sobre el museo aquí y aquí

Después del museo, volvimos a Shibuya, ya que por el cansancio del primer día no pudimos ver tal y como queríamos. Ahí estuvimos jugando en varias máquinas en algunos salones recreativos y nos perdimos por algunas de sus calles.

Algo curioso de Tokyo es que en la mayoría de la ciudad no se puede fumar mientras andas. Esto es especialmente notorio en zonas muy llenas de gente como Shibuya, donde hay varias zonas de fumadores donde puedes parar para echar un cigarro. Lo encuentro totalmente lógico teniendo en cuenta la gran cantidad de gente que llega a haber concentrada en según que momentos. Estoy seguro que también es una de las razones por las que toda la ciudad está tan limpia.

Ya por la noche fuimos a Roppongi, la zona de fiesta por excelencia. No recuerdo el nombre de la discoteca a la que fuimos, pero si que sé que por el simple hecho de ser gaijin (extranjero) te hacían un descuento bastante considerable en la entrada. Creemos que es porque las chicas japonesas van como locas buscando a chicos occidentales. Si hay occidentales, van japonesas, y si hay japonesas, van japoneses. Donde estuvimos ponían música electrónica bastante parecida a la que suena por aquí. Había otras salas con otros estilos, pero no las pisé, así que no puedo opinar sobre ellas…

No estuvimos hasta muy tarde, ya que al día siguiente marchábamos a Kyoto y no queríamos perder ni un momento más por culpa del cansancio.

Día 4 – 28 de Julio: Asakusa, Shinjuku y Odaiba

HamariKyuEste día quizás fue uno de los que mas andamos. Empezamos con una visita al jardín Hamarikyu, un precioso y tranquilo parque al lado del río Sumida donde se hacían cacerías de patos. La gran tranquilidad que transmitía, contrastaba con el ajetreo de la ciudad. De ahí pasamos a hacer una visita bastante rápida a Ginza. Y acabamos en los inmensos jardines del Palacio Imperial. Poco pudimos ver ahí, ya que el agotamiento y el intenso calor pudo con nosotros (al menos conmigo). Decidimos ir a los jardines de Rikugi-en en el norte de Tokyo, donde podríamos descansar algo y relajarnos. Estos jardines, recrean 88 paisajes basados en unos conocidos Waka. El paisaje iba cambiando a medida que íbamos caminando. Creo que de todos los jardines que vimos, este era el mas bonito de todos. También era el que mas mosquitos tenía. Los muy **** aprovecharon un momento que nos sentamos para dejarnos las piernas completamente llenas de picadas. Conté por lo menos 12…

Y qué mejor forma de terminar la tarde que volviendo a Akihabara? Necesitaba estar ahí de nuevo. La otra vez me quedé con las ganas de entrar en mas tiendas y de estar mas rato en Super Potato. En una de las tiendas de segunda mano me compré el portátil desde el que estoy escribiendo este post. Un ultra-ligero Toshiba Dynabook SS. Por fin podré llevar un ordenador a donde quiera sin tener que joderme la espalda! Por supuesto solo llegar a Barcelona le quité el sistema operativo de juguete que llevaba para ponerle uno de verdad.

De Akihabara fuimos a cenar con ag0ny y Miky a Odaiba, una de las islas artificiales, donde está el edificio de Fuji Tv y varios centros comerciales y de ocio. Ahí dimos un paseo y volvimos al hotel en el monorail pasando por el Rainbow Bridge

Día 3 – 27 de Julio: Torre Tokyo y Akihabara

AkihabaraAl siguiente día fuimos a la Torre Tokyo, una réplica un poco más alta que la Torre Eiffel que los japoneses han convertido en un centro turístico. Se puede subir a los dos miradores donde pudimos ver unas preciosas vistas aéreas de la ciudad (esta vez de día). Impresiona mirar el horizonte y ver lo realmente inmensa que es Tokyo. Mires donde mires está plagado de casas, edificios, rascacielos, calles, autopistas…

Al salir de la torre, nos topamos con otro pequeño parque que tenía su propio mini-templo e incluso un riachuelo.

Ya por la tarde fuimos a Akihabara, lugar friki por excelencia. Este barrio está plagado de tiendas de electrónica y de mangas. Ahí descubrí gracias a ag0ny, la que para mi fue sin duda la mejor tienda de Tokyo: Super Potato, un bazar de dos plantas donde vendían juegos, consolas y ordenadores retro. En ella se podían encontrar desde Nintendo 64 por poco mas de 2000 yenes hasta PC Engine por unos 1700 yenes (de hecho me hice con una). Incluso tenían un Virtual Boy para que echaras unas partidillas. Si alguna vez vais a Tokyo, es una cita obligada. Por desgracia llegamos un poco tarde y casi estaban a punto de cerrar, asi que solo pudimos ver una de las dos plantas de la tienda.

No pude resistirme a comprarme un i-Dog: un perro robot que baila al ritmo de la música cuando le enchufas un reproductor. Aunque sea una chorrada, me hizo mucha gracia. Por si a alguien le interesa, también había una versión en forma de pez. Es una lástima no ir sobrado de dinero… Ahí hubiese comprado miles y miles de cosas… Tendré que volver cuando sea rico ;)

Ya por la noche fuimos a cenar a un restaurante donde nos pusieron una gran variedad de platos. Destacaría de esa cena el sashimi y el Yakitori.

Día 2 – 26 de Julio: Asakusa y Shinjuku

AsakusaAl segundo día fuimos a Asakusa, a ver el Templo Senso-ji. Por el camino, pasamos por Nakamise-dori, la calle que lleva al templo, que está llena de pequeñas tiendas donde se pueden encontrar todo tipo de souvenires y chorradas típicas japonesas. Perdimos bastante tiempo mirando lo que ofrecían: desde galletas hasta cacas (al estio de Dr. Slump) bailarinas. En el templo, hicimos uno de los rituales que vimos que seguía la gente que había por ahí. Después de echar 100 yenes en una correspondiente hucha, cogías al azar de una caja un palito que llevaba un número que correspondía a uno de los cajones que había por ahí. Una vez abrías el cajón, sacabas un papel donde te indicaba tu fortuna. Si la fortuna era mala, tenías que atar el papel a unos alambres para que esta desapareciera. A Patri le tocó “Bad Fortune” y a mí “Excelent Fortune” :) Una vez visitado el templo, decidimos ir andando hasta el Parque Ueno. Sobre el mapa no parecía tanta distancia, pero la verdad es que pateamos muchísimo! Sin embargo estuvo bien, ya que pasamos por un barrio donde había varios teatrillos de poca monta. Incluso vimos a varios de los actores disfrazados por la calle promocionando su obra.

Después de visitar el parque quedamos de nuevo con ag0ny para ir a Shinjuku. Ahí nos subimos al edificio del ayuntamiento de Tokyo donde pudimos disfrutar de las vistas nocturnas de la ciudad.

Si la parte oeste de Shinjuku está repleta de rascacielos y de edificios de oficinas, la parte este sin embargo es ocio puro. Restaurantes, tiendas, salones recreativos, salones de pachinco, karaokes, … Visitamos un salón recreativo donde pudimos ver la última moda en máquinas. Se trata de un juego que funciona mediante una especie de cartas que puestas sobre un tablero se controlan (por ejemplo) los ejércitos del jugador. Al parecer ahora mismo es lo que estaba teniendo más éxito, ya que le dedicaban una planta entera a este tipo de juego. Los que vi yo, eran de batallas medievales y de fútbol.

Cenamos en una calle pequeña y lúgubre conocida como la calle del pipí (ya que todos los restaurantes de la zona comparten el mismo lavabo) que contrastaba con las luces de neón que había fuera. Ahí nos zampamos una gran variedad de yakitori de distintos tipos. Al salir vimos varios love hotels y un sitio donde por algunos yens podías ponerte a batear las pelotas que te lanzaba una máquina. No me pude resistir ;)

Algo que me llamó mucho la atención fue cómo ciertos chicos que trabajaban para ciertos bares de la zona iban por la calle buscando clientas para que fuesen a tomar copas. Los que más chicas conseguían salían en el ranking que había en el exterior del local.

Día 1 – 25 de Julio: Llegada a Tokyo, Yoyogi

Meiji Jingu Después de varios años deseando visitar el país del sol naciente, al fin he podido cumplir uno de mis sueños: visitar Japón. Ahora que ya ha terminado el viaje, voy a ir publicando poco a poco resúmenes de lo que ha sido el viaje durante todos estos días. Sin embargo las fotos de todo el viaje ya están disponibles.
Han sido diez días intensos, agotadores, calurosos, pero sobretodo increíbles.

Nuestro viaje empezó el día 24 de julio y aunque parezca mentira, no lo estuvimos planeando durante mucho tiempo… casi todo fue improvisado.

Con la guía bajo el brazo, llegamos a Tokyo a primera hora de la mañana del día 25 después de más de 12 horas de vuelo. Evidentemente no queríamos perder el primer día, por muy cansados que estuviéramos. Solo llegar quedamos con ag0ny en Shinjuku para que nos ayudara un poco a orientarnos. Una vez nos encontramos, y después de dejar las maletas en el hotel, fuimos a Shibuya, donde pudimos saborear nuestra primera comida en Japón! Aquí fue donde probé mi primer sushi de huevas de salmón, que en tantas fotos había visto, pero que en Barcelona es imposible de encontrar (al menos yo no se donde).

En este primer contacto con un restaurante japones descubrí varias cosas:

  1. La bebida suele ser gratis (te o agua)
  2. No hay servilletas
  3. Si no sabes comer con palillos lo tienes jodido
  4. Si el restaurante no tiene fotos con los platos o modelos de plástico, lo tienes jodido
  5. Comer no es tan caro como pensaba

Con el estomago lleno, decidimos ir andando al parque Yoyogi. Pasamos por la zona donde los domingos se ponen grupos de jóvenes vestidos de formas extrañas, y posando para que se les hagan fotos. Es una lástima que no lo podamos ver, ya que el domingo estaremos en Kyoto. Dimos una pasada rápida al parque (no era nada del otro mundo) y nos despedimos de Javi, ya que tenia que volver a la oficina.

En estos momentos ya empezamos a notar el cansancio producido por el vuelo y sobretodo por el cambio horario, pero decidimos continuar con la visita hasta que nuestro cuerpo aguantase.

Fuimos a Meiji Jingu. Después de cruzar la Torii enorme de madera de la entrada, nos adentramos al denso bosque que la rodea. Este fue nuestro primer contacto con un templo sintoísta y aprendimos que la fuente que había en la entrada servía para lavarse las manos y la boca antes de entrar en el templo. Así lo hicimos.

Poco después de salir y dar una vuelta por el bosque (es impresionante como puede haber tanta vegetación y tan densa en el pleno centro de Tokyo) las fuerzas nos abandonaron. Literalmente nos estábamos durmiendo. Así que decidimos ir al hotel y descansar para tomar el resto del viaje con mas energías. El jet lag es demoledor.

Finalmente a Japón!

Mosaico Japón

Por fin podré hacer realidad uno de mis sueños: este verano visitaré el pais del sol naciente: Japón.

Todo se ha decidido de forma muy rápida y todavía no termino de creermelo, pero ayer mismo ya compré los billetes. La aventura empieza el 24 de julio!

Mi intención es visitar Tokyo y Kyoto en 9 dias. Hasta entonces, estaré haciendo todos los preparativos (que no son pocos) para el que de momento considero que es el mayor viaje que he hecho jamás.

Alguna sugerencia?