Copia de una de las cartas de los lectores enviada este fin de semana (eso creo) a La Vanguardia. Xavi me la recortó y me la dio para que la leyese. No he podido evitar postearla:
Leí, admito que con cierto pudor, que el presidente del Gobierno dice que la economía de nuestro país va tan bien.
Tengo 27 años, con dos titulaciones, un postgrado y dos idiomas. El sueldo al que podía aspirar en Barcelona era de unos mil euros. Eso, claro, haciendo, más de ocho horas al día (las extras no se pagan), trabajando algún que otro festivo y rezando para que el contrato precario no se terminara nunca.
Cansado de esto, me fui a Irlanda. Y, sorpresa, me he encontrado con una economía potente, donde los empresarios valoran a las personas que hemos estudiado, donde la formación te la pagan como si ya fueras uno más y donde se aprecia que el trabajador tome la iniciativa. Dublín está llena de sedes centrales europeas de multinacionales, y no paran de llegar más. La economía va bien, te pagan lo suficiente para vivir, alquilar un piso e incluso ¡ahorrar!
La economía española se basa en gran parte en sueldos ridículos, en la construcción y en el turismo. Gracias a eso, muchos jóvenes españoles y yo estamos hoy en Dublín, con una calidad de vida muy superior a la que nos puede dar la imparable economía española.
Albert Planas Tura
Dublín