Ha pasado ya medio mes desde nuestra llegada a Irlanda, y parece que fue ayer… Todo está sucediendo muy muy rápido y apenas nos damos cuenta del paso del tiempo.
Aunque ya tuviéramos habitación, no podíamos entrar en ella hasta pasada una semana. La pareja que la estaba “ocupando” todavía no había encontrado otro sitio donde mudarse y nos pidieron una semana más de tiempo. Aprovechamos para irnos de turismo por la parte oeste de Irlanda.
Fuimos directamente a Galway, una preciosa ciudad costera que ha crecido alrededor del rio Gaillimh. Es una de las pocas zonas de irlanda donde todavía se puede escuchar Gaélico en las calles. Si bien Dublín es feo y hay más bien poco por ver, Galway es digno de ver. Sus calles, su puerto, su playa, el rio y sus pubs hicieron que quedáramos enamorados de esta ciudad.
Nos alojamos en el B&B Linderhof, regentado por Brid, una encantadora mujer con la que tuvimos largas conversaciones. Solo llegar, al preguntarnos de donde éramos, nos dijo: “Catalan people are like Irish people! They are fighting to mantain their language.”
También merece la pena destacar los desayunos que nos daba cada mañana. Unos platos gigantes llenos de bacon, salchichas, huevos fritos y mucha más comida para empezar con energías el día.
Desde Galway, decidimos visitar las Aran Islands en concreto la más grande de ellas: Inis Mór, que además de su encanto natural, tiene varios fuertes prehistóricos. De todos ellos, nosotros visitamos Dún Aengus, que en teoría era el más espectacular, por estar situado en lo alto de un acantilado de más de 100 metros de caída. Realmente impresionante, y mas si se tiene en cuenta que aún habiendo freqüentemente fuertes vientos, no hay ningún tipo de protección que impida que alguien se caiga al mar…
Ya de vuelta a Galway, y después de despedirnos de Brid y prometerle que intentaríamos volver en primavera para ver al salmón subir el río, cogimos otro autobús para ir esta vez a Westport, un singular pueblo a pocos km del monte con forma cónica Croagh Patrick, importante sitio de peregrinaje de los irlandeses mas creyentes, donde se dice que San Patricio expulsó a todas las serpientes venenosas que había en la zona después de 40 días en ayunas.
Desde Westport decidimos volver de nuevo a Dublín, para entrar ya definitivamente en nuestra nueva casa, de la que hablaré dentro de poco.
Todas las fotos hasta ahora:
